miércoles, 30 de abril de 2008

Filmando en la morgue

Domingo 27 de abril.
Una equipo reducido filma una escena en la locación más difícil de conseguir: la morgue. En realidad, el rodaje se lleva a cabo en un frigorífico de Mataderos.
Como un servidor no estuvo allí, se postearán fotos no demasiado reveladoras, que no son muchas.

Otro miembro del equipo pasó a actuar mínimamente en la peli. Ahora le tocó a Checha.

Checha como empleado de la morgue. No podemos contar quién está en la camilla.

Felicitando al payasesco sonidista.

domingo, 27 de abril de 2008

Minirrepo: Marcelo Diez


Es uno de los eléctricos de Recortadas, y en más de un sentido: su entusiasmo parece no tener fin, sin importar las condiciones de rodaje. Si se trata de manipular fresneles y cables, él siempre estará allí, y con la mejor onda. Marcelo Diez (“Chelo” para el equipo) no podía faltar en esta sección.

¿Cómo llegás a la película?
Por casualidad. Después me di cuenta que tenía que ser así. Estudié cine, aunque laburo de electricista. Un día con mi viejo, él hablaba con un amigo, y resulta que llegaron a una persona en común, Juan Pablo (Caserta). Me llamó por teléfono, porque necesitaba gente. A él lo conozco de hace 15 años. Hace mucho que no lo veía, y cuando los encontramos en la puerta de su casa fue increíble. Le dije: “Para lo que necesites, yo estoy. Tengo conocimiento, tengo la camioneta...”. Y él me abrazó como diciendo: “¡¡¡Buenísimo!!!”. Como faltaba transporte y se complicaba para buscar los equipos... Eso lo hago yo. Un problemón menos para ellos. Además, hice varios cortos, estuve en el medio pero largo, ninguno. Arranqué a estudiar de grande, con familia. Fue más complicado entrar.
Hay mucho amor acá. Lo hago con mucho amor. Todos los días es el primer día. Si arrancás el último día de rodaje como si fuese el primero, te rinde. Por ahora vengo con ese pensamiento.
Hago de todo un poco, arreglo lo que se rompe. Soy una especie de plomo. Algo hay que hacer, por más chiquito que sea.

¿Sos fanático del género?
Me gusta muchísimo el suspenso. En realidad, me gusta todo el cine: comedia, drama, dibujos animados... Pero lo que es suspenso, cuando está bien armado, es lo mejor. Claro, no hay que caer en los estereotipos. Me gusta el suspenso psicológico, cuando el personaje es el que arma toda la película. Una de terror que me gustó muchísimo es El resplandor. No tiene nada de terror pero al mismo tiempo sí lo tiene. Hay mucho juego psicológico. No hace falta sangre ni que maten a nadie.

¿Qué podemos esperar de Recortadas?
Yo soy el que más fe le tiene. Escucho que nadie sabe muy bien cómo va a quedar. Hay que tener fe. Yo veo que todos están poniendo el 90% de sus ganas, y eso va a dar sus frutos.

sábado, 26 de abril de 2008

Águilas de acero

A primera vista, este grupo de motoqueros parece amenazante, como los tristemente célebres Hell’s angels, pero en versión argenta. Nada que ver: las Águilas Argentinas está conformado por gente amistosa, familiera —suelen viajar con sus esposas e hijos— y, por sobre todo, apasionada por las motos.
Los Recortados pudimos contar con su presencia en el más reciente rodaje porque algunas escenas requerían motoristas. Y, para ser sincero, fue uno de las mejores en lo que va de la filmación.
Rubén Alberto Kareiva, presidente de tan singular moto club, dijo algunas palabras para este blog.
“El grupo nació a través de una página en Internet. Éramos diez propietarios de la misma moto, el mismo modelo, la misma marca, la misma cilindrada. Yo tenía una pequeña experiencia en auto clubes, multimarcas, las viajas motos... Entonces se me ocurrió formar un moto club como el de la Harley sin ser la Harley, con motos nuestras motos. Nos pusimos de acuerdo y nuestra primera reunión fue acá en La Plata, en la Ciudad de los Niños. Queríamos vernos las caras, ya que sólo nos conocíamos por el foro. Así nació la pasión. Se fue sumando más gente. El 25 de mayo cumplimos un año y hoy ya somos 250 socios.
“Es el pequeño el sueño del que siempre quiso tener su Harley, y hoy, por intermedio de Zanella, que trae una imitación de Harley china, nos damos el gusto. La idea es juntarnos, compartir una tarde, eventos, ir a moto encuentros, a exposiciones u organizarlas; salir un fin de semana de camping a lugares como Zárate, Chascomus o Mar del Plata...
“A la película llegamos por intermedio de Zanella. Yo tengo contacto directo con la parte gerencial, mediante la gente de marketing. Me lo propusieron hace tiempo. En realidad, estaban buscando pilotos. Por cuestiones de producción, el tema quedó en el letargo. Se comunicaron conmigo hace poco nuevamente, dándome la oportunidad de poner nuestras motos y nuestro moto club.
“El grupo humano es muy bueno. El fin de semana que no se sale, se extraña. Se convirtió en un vicio. Por eso nuestro slogan es 'Una pasión, un sueño'”.

Los dejo con algunas postales de las águilas Argentinas en Recortadas.

Una de las motos.

Algunas Águilas.

Listos para la acción.

jueves, 24 de abril de 2008

Yo quiero mi motorhome

¿No es lindo?

En el rodaje del último fin de semana, parte del equipo de Recortadas pudo trasladarse a La Plata en una de las nuevas adquisiciones de la producción: un motorhome.
Dicho vehículo es muy completo: mesa, sillas, cocinita, alacenas, lavabo, dormitorio con cuchetas y otro bien amplio, al fondo, que es donde Chaco y Levy se encerraron para repasar el guión. Y viaja en él puede ser una muy linda experiencia para los novatos como un servidor.


Martín Caruso, chofer.

¿Cómo lo consiguieron? Laura Piselo, jefa de producción, dijo lo siguiente: “Sebas (De Caro) lanzó un pedido nacional a través de la radio. Contestó Martín (Caruso, el chofer). Aparentemente, pegó muy buena onda con nuestro productor ejecutivo, el señor Caserta. Y aquí están acá presente el motorhome y Martín, lo cual da una interesante mezcla de villa y glamour que nos copa sin parar. Estamos en el medio de la villa, pero estamos en motorhome”.
Martín también estuvo mirando el rodaje, y hasta se dice que tendrá un pequeño papel.
Antes de terminar, un comentario. En el rodaje pasado me resultó imposible no acordarme de El diario de los muertos, el más reciente Apocalipsis zombístico de George A. Romero. Al comienzo de la película, un grupo de jóvenes cineastas filma una de terror en medio del bosque. Para movilizarse usan un motorhome muy parecido al nuestro. Menos mal que los Recortados sólo debimos padecer la humareda y no una a horda de muertos vivientes asesinos. Igual, con tan grande y resistente vehículo nos la hubieramos re bancado.

martes, 22 de abril de 2008

Recortados, a filmar (parte 2)

18:32.
La otra parte de equipo llega del aserradero. Vienen cansados, pero sonrientes. “No filmamos Lost porque no llegamos”, dice Caserta.
Dentro de casa, la tía Mirtha aparece con bizcochuelo, pasta frola y café. Genial, más teniendo en cuenta que ya es de noche y se pone frío.

Manu, Levy, Flora y Diego comparten anécdotas de las Águilas Argentinas.

Lo mismo De Caro, Maxi, Laura y Mauro.

19:15.
En un costado de la casa, los Dfs y los eléctricos preparan la puesta de luces para las próximas escenas. Marina, Florencia y Mauro chequean el esqueleto de acero que sirve como refugio de July y de Laly.
Miles de bochos alrededor de las luces.
La luna, muy roja.


Caserta, en dirección al esqueleto.


Preocupación: muy cerca de allí se celebra una fiesta infantil. Los gritos de los chicos jugando en el castillo inflable pueden tornarse muy molestos.
De Caro todavía no se inquieta, y hasta se despacha con una anécdota de Chaquinho: en un desfile realizado en su Chaco natal, nuestra Laly fue más aplaudida que la mismísima Pampita. Lo que se dice, profeta en su tierra.
Antes de filmar, la cena: empanadas de carne, preparadas por la tía.
“¿A quién hay que pegarle, tía”, le dice Chelo, abrazándola. “Dígalo, dígalo”.
“A nadie”, dice ella, riendo. “Sé defenderme sola”.
De nuevo en la casa, pinta contar remates de viejos chiste. La mayoría incluyen malas palabras. Curiosamente, el más sutil vino por parte de Fede: “Cómo te gusta la japi”. Sí, ese era el más suave.

Charla y empanadas.

Luego surge el tema de la “sequía intergrupo”, como lo llamó Levy. A muchos, sobre todo a De Caro, les preocupa que en la peli no se hayan formado parejas. Por eso pregunta a algunos si están interesados en alguna co-equiper.
La charla sigue un rato más, incluso después de que las actrices fueran para el trailer a ser maquilladas por Nancy. Fede es quien más se destaca gracias a sus ocurrencias. Igual, como era de esperar, nadie se hace cargo de nada.
Alguien dice: “Al final del rodaje, hagamos un body sushi” (¿?).

21:08.
En el set.
Se puso frío. Casi todos nos abrigamos un poco.
Se hacen ensayos de luces y de cámara con Flore y Kronenberg.


Ensayo.

Checha ya tiene la consola y el bum listos.
La humareda no se mueve, pero tiene su lado positivo: ayuda al clima siniestro que se quiere conseguir para las escenas.
Sigo sonándome la nariz y tosiendo.

Parece la luz mala, pero es un farol.

“Qué bueno sería tener una de aire comprimido”, dice Manu, mirándole castillo inflable de más allá. ¡Qué energía la de esos niños!
Chaco y Levy llegan caracterizadas. De Caro les da las últimas indicaciones.
Eugenia se va a negociar con los vecinos para que hagan callar a los nenes.
Por suerte, en las cinco tomas que se filman a continuación no se toma sonido directo. Pero el barullo no cesa.


Pese al frío, los Recortados, a pleno.

A los pocos minutos, los niños se hacen presente en el set. Permanecen caladitos. Los que siguen hablando son los padres.
De Caro invita a cada chico a decir “Silencio”, “Acción” y “Corte” en las próximas tomas. Cuando terminan, los aplaudimos.
“El payaso debe estar allá cagándose de hambre”, dice Checha. “Debe pensar que lo dejamos sin curro”.
Ahora toca filmar dentro del cacharro. De Caro planea cumplirle el suelo a Kronenberg: dejarle usar la cámara. A ella se le iluminan los ojos. Pero un chiste de alguien del grupo le cae mal y se va ofendida. El director va a explicarle que hablaba en serio. Se quedan hablando un rato largo, casi en la penumbra. De pronto se abrazan.
Solucionado el asunto, se filman planos de July y Laly entrando en el esqueleto metálico. Queda lista en cuatro tomas, la última filmada por Daniela. Ahora, planos dentro del tenebroso lugar.

Filmando dentro del cacharro.

Como algunos requieren diálogos, Checha coloca micrófonos corbateros a las actrices. Luego, no pudiendo con su genio, se pone a cantar como Sergio Dalma (¿Se llamaba así): “Bailar pegados es bailar / Igual que baila el mar...”. De caro no se quiere quedar atrás y termina entonando el tema que el grupo de cumbia santafesina Los Leales compuso para el Kun Agüero. ¡Y Sebastián hasta baila y todo! Las escasas condiciones de luz impidieron sacar una buena fotografía.
Mi risa es interrumpida por la tos.
Sufrimos por Chaco y por Levy, ya que sus personajes visten poca ropa y deben padecer las bajas temperaturas. Levy dice: “Puedo cortar vidrio con mis pezones” (¡!). Para colmo, la pobre y Fede se enteran de que Racíng le ganaba 3 a 0 a Lanús, pero el estupendo equipo granate se lo empató. Eso y enterarme que Boca le ganó 2-1 a Newell’s me puso muy contento.

23:26.
Tras filmar los planos no dialogados de las chicas, De Caro y Cía. pasan a los que sí incluyen conversaciones casi en susurros.
Filmarlos resulta casi una tortura: los micrófonos captan las voces provenientes del cumpleaños. Por un momento parecen que se quedan callados, pero otra vez gritos y risas y ruidos de motor. De repente la fiesta termina, los invitados se van y las tomas pueden finiquitarse. Sí se oyen vacas y chajás y ladridos, pero no molestan.

Después de medianoche.
En casa de los tíos, Laura, Caserta, Virginia, Kronenberg, Maxi y Martín, el motor homer, beben tés o cafés que prepara Manu. Caserta y Laura dicen que, cuando vieron algunas partes editadas de la peli, mi participación quedó muy buena. Laura dice que quien originalmente iba a interpretar al chatero freak quiso hacer quilombo.
Llegan Chaco y Levy, temblorosas. Aprovechan para descansar y tomar té y fumar y comer galletitas con forma de animalitos.
Temas de conversación: de Chongos a Dr. House, pasando por Mauro Vialey fiestas alocadas en casa de Soelí.
De regreso al set. Cual ekekos, Flora y Manu lleva bizcochitos, mate y café, que queda poco.


El humo y el frío no son nada para los Recortados.

En los planos que se filmarán, las chicas se dirigen hacia una misteriosa luz a lo lejos. En realidad, se trata de un farol demasiado potente. “Parece que viniera un tren”, comenta alguien. De Caro a las actrices: “Vamos, Mulholland Drive, la Estrella de la Salvación”.
Chaco y Levy tiemblan, pero dan una actuación fenomenal. Hay que admirarlas o admirarlas.
Algunos planos de cobertura y listo. Nos fuimos.
Es poco más de la 1:30.
Y no paro de toser ni de sonarme la nariz.
Se guardan los equipos, las chicas se cambian. Es su última jornada en los pagos de los tíos. “Nos vemos en el estreno”, le dice Levy a la tía Mirtha.
Falta una linterna roja, pero estamos cansados y nos vamos. Me toca ir con Kronenberg y Fede en el auto de Checha. Decido no escribir más y dormir en el viaje.
Hasta la próxima.

lunes, 21 de abril de 2008

Recortados, a filmar (Parte 1)

Sábado 19 de abril.
Mientras la humareda convierte a Buenos Aires en una parodia de Londres, ¡vuelven los rodajes de Recortadas!
La citación es a las 12:45, en el departamento de Laura Pisello, la jefa de producción. Llego primero. Laura todavía prepara el bolso. Por el equipo de audio suena Edith Piaf.

Laurita, en medio de los preparativos.

Toso y me sueno la nariz. No me he sentido muy bien últimamente, pero la piloteo. Eso pasa por salir tarde de algunas funciones del Bafici. Menos mal que los tés especiales y las Bayaspirinas me permitieron estar acá. “Vení sí o sí, man”, me había dicho de Caro por mensaje de texto, “Es crucial tu presencia”. Lo positivo: ya no me duele la garganta.

El gatito de Laura.

Van cayendo los miembros originales del equipo: Noelia Oliva y Fede Sande, co-directora de fotografía y eléctrico, respectivamente; la claquetista Daniela Kronenberg; Flora Insausti, mano derecha de Laurita; el sonidista César “Checha” Delgado. También llegan las protagonistas, Mariana Levy y Noelia “Chaco”, Antúnez. Y dicen presente tres de las nuevas incorporaciones: Virginia Irizar y Lila Iturri, las muy bellas asistentas de dirección, y Manu, ayudante de producción. Ahí viene otro nuevo... ¡Ah, no!: es el continuista Diego Fernández, que se rapó. Encima, con esa remera de los Ramones y los anteojos negros parece un patotero. Sólo le falta una barra de acero.


No parece, pero es Diego Fernández.

13:25.
Hora de partir.
Destino: La Plata, más precisamente la casa de los tíos de Eugenia Talice, productora residente de la capital porteña. Ahí ya se encuentra una avanzada del equipo, entre ellos De Caro.
Diego y Fede van en el auto de Checha. El resto, en un vehículo muy especial. La producción tiró toda la carne al asador y por eso en esta jornada contamos con un ¡motor home! Manu, el chofer Martín Caruso y un servidor nos sentimos benditos: compartimos el viaje con Chaco, Levy —que se ubican en el dormitorio, para repasar la letra—, Noelia, Laura, Flora, Kronenberg, Lila y Virginia. Casi un harem.


Chaco y Levy, seductoras.

Durante el trayecto a través de parajes fantasmagóricos, las chicas comienzan hablando del plan de rodaje y de la humareda, y ponen al día a las novatas. Luego charlan sobre el Bafici. Laura cuenta que no entendió I’m not there, inspirada en la figura de Bob Dylan. Varias de las otras chicas cuentan que fueron a ver a Dylan cuando tocó en nuestras Pampas.

Girls, girls, girls.

Laura conecta su MP3 a los parlantes del motorhome. Suena, muy apropiadamente, “London Calling”, clasicazo de The Clash.
Pero, a pesar del humo, Kronenberg y Laura fuman.

Laura fuma tranquila.

Y no dejó de toser ni de sonarme la nariz.
14:22.
Una vez en territorio platense, Laurita debe comunicarse vía celular con Caserta para llegar como corresponde, al tiempo que Flora mira el mapa.
Paramos diez minutos junto a una estación de servicio. Aprovechamos para ir al baño, comprar víveres y estirar las piernas.

Diego, Checha, Virginia y Lila, cuando paramos.


Cuando retomamos, el tema de conversación deviene en ex novios y hombres en general. Mejor no reproducir las expresiones de estas muchachas. La más suave salió de Laura: “Me gustaría ser la versión femenina de Hugh Hefner y vivir en una mansión llena de chongos”. Algo me dice que voy a estar en problemas por poner esto.
Vemos por la ventanilla una importante cantidad de motos estacionadas en un boliche.
“Reunión de motoqueros”, dice alguien.

15 y minutos.
Arribamos a La Armonía, donde viven los tíos de Eugenia.
Reencuentro con la pandilla: de Caro, Talice; Juan Pablo Caserta, gran productor; el eléctrico Chelo Diez y su asistente, Maxi Dugnani, otro de los nuevos; la directora de arte Marina “no me saques fotos” Sabate y la vestuarista Florencia Molinari; el cámara Mauro Narducci y el co-DF Nacho Acevedo. Hacía mucho que no los veía. Ausente con aviso: Javier Facciuto, asistente de dirección.

El equipo, a full.

Sin perder más tiempo, el director explica pasa a paso lo que se filmará a lo largo de la jornada. Las locaciones: los alrededores de la casa, incluyendo una especie de esqueleto de un vehículo. En la mayoría de las escenas, July y Laly, las protagonistas, escapan por un lugar boscoso. ¿De quién huyen? Eso es algo que no revelaré.
Bocha de mosquitos, avispas y otros insectos voladores. Laura rocía con Pelente a las actrices.
De pronto un numeroso grupo de motoqueros irrumpe en la vivienda. ¡Son los mismos que vimos en el camino! Imposible no recordar a los Hell’s Angels y la anécdota del periodista Hunter S. Thompson: cuando quiso mezclarse con ellos, terminó hecho percha por los golpes (igual, pudo publicar un libro sobre los tipos).
En realidad, se trata de las Águilas Argentinas, un grupo más pacífico que Los Ángeles del Infierno —hasta vinieron con sus familias—, y un elemento fundamental de este rodaje. Según De Caro, viene promocionados por Zanella, marca con la que hay un acuerdo.
Tras su presentación, Eugenia habla con Rubén, líder del grupo, mientras De Caro, Nacho, Mauro y Fede preparan la puesta.
Me sueno la nariz. Mi pañuelo ya no parece tal.

De Caro dirige a las Águilas. Orden principal: no mirar a cámara.

El director les agrace a las águilas por su presencia, los lleva hasta la entrada a casa de los tíos, y dice, en broma, que después sortearán a una de las chicas. A continuación, varios planos con cámara en mano, tanto de las motos como de los motoristas.

Motoqueros en acción.


De golpe aparece una camioneta blanca. Eugenia habla con el chofer, un señor mayor. Es preciso demorarlo un rato. Según la tía Mirtha, es un vendedor de colchones.
De Caro continua dirigiendo a los motoqueros. En realidad, habla con Rubén y él da órdenes a los demás empezando la frase con “¡Águilas...!”. Para filmar un plano subjetivo, Nacho va sentado detrás del líder.

Filmando a la versión argenta y pacífica de los Hell’s Angels.

Al terminar su parte, la mayoría del grupo permanecen en casa, mientras cuatro motoqueros y un equipo técnico reducido se van en motorhome a filmar en un aserradero. Antes de partir, un feliz Diego comenta: “Pude gritarles órdenes a los motoqueros”. Y, con ese look de matón podría pasar por uno de ellos.
Laura aprovecha para anotar los nombres, apellido y apodos de los motoristas, a fin de incluirlos en los créditos. Laurita quedó fascinada por todos. “Son lo mejor que me pasó en el rodaje”, confiesa.

Eugenia habla con las familias de las Águilas.

(Mientras escribo estas líneas no paro de toser ni de estornudar ni de sonarme la nariz. Sí, todavía estoy medio hecho bolsa. Espero no se me esté pasando nada).
En la hora y pico sin actividad en los alrededores de la casa, Laura y Eugenia hacen un balance (muy positivo) de la jornada. Chelo y Maxi ultiman luces para las futuras escenas nocturnas. Fede trata de comprar cerveza, pero se lo prohíben. “Nada de alcohol”, dice Eugenia.

Maxi, Eugenia, Laura y Virginia comparten anécdotas.

Un servidor hace contacto con Rubén. Un señor copado, bien predispuesto, que hasta aceptó responder unas preguntas para este blog.
Las familias de los motoristas pasean por el terreno, charlan con la tía Mirtha, ríen. Buena gente.
¡Y yo no paro de toser, carajo!

18:08.
Vuelven los cuatro motoqueros que filmaban en el aserradero.
Así las águilas Argentinas concluyen su participación en Recortadas. Nos saludamos y les agradecemos una vez más.

Las Águilas se van.

“Me casaría con todos”, comenta Laura al verlos partir. En tanto, Eugenia dice que ahora quiere una moto.
Y se van, en medio de mucho polvo y humo.
En un rato vendrá el resto del equipo.



Continuará...

jueves, 17 de abril de 2008

Lo debía


Cuando salió el Minirrepo de Eugenia Talice, no pude subir ninguna foto de ella. Ahora conseguí una. Sé que a algunos los pondrá contentos.

Otra cosa: ¡Vuelven los rodajes! Estén atentos.

lunes, 14 de abril de 2008

Edward Hopper: pintura y cine

House by the Railroad, una de las obras emblemáticas de Hopper. ¿A qué película les remite?


Alfred Hitchcock, Terrence Malik, John Boorman, David Cronenberg, Peter Bogdanovich, Brian De Palma, Sam Méndez… Muchos cineastas crearon sus mejores películas inspirándose en las pinturas de (todos de pie) Edward Hopper.
Hopper (1882-1967) nunca retrató los rascacielos de su New York natal: lo suyo era capturar paisajes, situaciones y personajes solitarios, al margen del mundo, en medio de juegos de luces y sombras. La cara menos alegre y más realista de los Estados Unidos de entreguerra.
Tras graduarse en la New York School of Art, trabajó como dibujante publicitario en la C. Phillips & Company. Por esa época viajó a viajó Europa. En Francia se familiarizó con el estilo impresionista, su principal influencia además de Goya.
De regreso a tierras norteamericanas, E. H. se despacha con una obra singular, de atmósferas más bien oscuras y melancólicas, muy distinta al cubismo y al arte abstracto —los estilos más en boga por aquel entonces—. Hopper entraba en el movimiento denominado Regionalismo, dado su gusto por pintar la cotidianeidad de sus pagos: parajes semidesiertos, escasa gente (y no muy feliz); caserones deteriorados, habitaciones de moteles de mala muerte, gasolineras en medio de carreteras. La alineación hecha pintura. Y todo esto ejecutado con un fino sentido de la geometría y del uso intencionalmente artificial de los colores.
Lo de Hopper no era romper reglas. Sabía que su arte partía de la mismísima realidad que lo rodeaba.
Además, sus trabajos funcionan como una metáfora del McCartysmo, la Gran Depresión y pueden ser vinculadas a la literatura de John Steinbeck, Raymond Carver, al Truman Capote de A sangre fría y, sobre todo, a la novela negra.
Y, como dije al comienzo, grandes directores de cine se nutrieron de esos retratos. Ahora, Sebastián De Caro se mete de lleno en esa tradición, ya que tuvo muy en cuenta a Hopper para los climas y los escenarios de Recortadas. Cuando vean la película terminada se darán cuenta.
¡Ah! Si todavía van a andar por la web, busquen más pinturas de Edward Hopper. No tienen desperdicio.

lunes, 7 de abril de 2008

Minirrepo: Soelí Naveyra


Interpreta a Medio Ramos, la atípica madre de Laly. Un personaje pequeño, pero no por eso vacío ni intrascendente. La agradable, hiper profesional Soelí le puso cuerpo y alma, para luego padecer las preguntas de un servidor.

¿Cómo llegás a la película?
A través de un casting, por Mariana Levy, que es una amiga de una escuela donde estudiábamos. Me contó que estaba haciendo esta película. Me interesó el personaje y además tenía ganas de trabajar con Sebastián De Caro. Hice el casting y quedé.

¿Qué podés contar sobre tu personaje?
Es una madre bastante particular. Una madre muy competitiva con su hija. No me han dado muchos más datos, porque en el guión tampoco lo dice, pero lo que hablamos con el director es eso: que es una madre un tanto desaprensiva con su hija, además de competir, al punto de querer negarla. Es un personaje bastante sufrido y oscuro por la vida que ha elegido.

¿Leíste solamente tu parte porque quisiste o el director no te permitió leer más que eso?
No, yo quería leer solamente mi parte. El director trabaja así. Le pregunté si ensayaba mucho la escena, y me dijo que no porque para él pierde frescura, y para mí también. Eso a mí me interesa que el director trabaje de esa manera, con la frescura, no con algo ensayado, porque a veces lo hacés bien la primera vez y luego no podés superarlo. Es menos frustrante y más efectivo trabajar rápidamente, no con mucho ensayo.

¿Sos fanática del género?
Las películas de terror me parecen una mierda (risas). Un horror, pero sumamente divertidas. Lo más divertido está en el rodaje. Y esta es una película que hago más que nada por el rodaje y por el personaje que está buenísimo y entra en otro tipo de película, no por amor al género ni mucho menos.

¿Qué podemos esperar de Recortadas?
No sé. No leí el guión completo, tampoco. Pero seguro estará genial.