viernes, 10 de septiembre de 2010

Crónicas de Tandil - PRIMERA PARTE


Ida

Viernes 3 de septiembre de 2010. Pasadas las 14:30 hs.

Me encuentro en el asiento 35 del micro Río Paraná, ubicado en el andén 20 de Retiro. Estoy por viajar a Tandil, como único representante de Recortadas en el 9º Tandil Cine. Será una nueva experiencia: nunca fui a esa parte de Buenos Aires y jamás representé yo solo a un largometraje. ¡Genial! En realidad, estoy reemplazando a Caserta, el productor ejecutivo, pero no pude ir por un problema personal. Como nadie estaba disponible para reemplazarlo, acudió a mí. Y aquí estoy, mirando por la ventana: la lluvia y el cielo gris parecen la proyección de determinado aspecto de mi vida. Pero basta de esa mierda: ahora me siento contento y expectante. Además, viajes, alojamiento y comida, todos los gastos pagados. ¡Qué tul!

Estoy sentado junto a un tipo igualito a Benicio del Toro, más que nada en 21 gramos. Lee el Clarín. Varios asientos más adelante se encuentra July Massaccesi, directora de Cabeza de pescado, muy interesante película en la línea de Cabeza borradora, de David Lynch. La acompaña Cristian, un amigazo. Ya conocía a ambos desde el Bafici 2008. Muy buena gente. La obra de July se proyectará luego de Recortadas. Ambas forman parte de la sección no competitiva Rara Avis.

Nos movemos. Me esperan tres o cuatro horas de viaje, según me dijeron.

Como el contenido de la bandejita que repartió el chofer. Incluye lo usual. Obleas, alfajor (y no de chocolate), un mini jugo Baggio, un tubito de masa y frutilla seca (perdón por mi ignorancia, pero desconozco su nombre).

Durante el viaje pasan dos películas. Primero, la remake de Furia de titanes. Aceptable. Por lo menos, no se ve en ese horripilante 3D que cuando me tocó verla en una privada hace uso meses. Después, otra remake, pero de un film danés: Hermanos, dirigida por Jim Sheridan, con Tobey Maguire, Jake Gyllenhaal y Natalie Portman. Grandes actores. Buena, la peli, pero un drama demasiado bajón.

Son las 18:45 y seguimos viajando. Deberíamos estar llegando. Lo entiendo, el micro anda despacio por la lluvia, pero...

Oscurece.

19: 30 y seguimos en el micro. Empiezo a desesperarme. La película será proyectada a las 22 hs. Si seguimos así, deberé bajarme y salir corriendo al cine.


Llegada

Llegamos a las 20:30. Puteo para mis adentros. Y no para de llover.

July, Cristina y yo nos hospedamos en el mismo hotel, así que, luego de esperar unos diez espantosos minutos, subimos a un remis.

El chofer es un viejo poco avispado, por decirlo de manera amable. Tiene un aire a Hans Moleman (alias Juan Topo, alias Casimiro), el viejito de Los Simpson. Según la mujer de la remisería, el hotel está a unas quince cuadras, pero el viaje se hace interminable. Segura da varias vueltas en redondo. Para colmo, un perro callejero persigue el auto por dos cuadras, tres cuadras, cuatro ocho, doce... Hasta que lo perdemos. ¡No se cansabamás!

Y pasan los minutos.

El remisero estaciona en una esquina. El hotel está en una esquina. “¡Llegamos”, dijimos con July y Cristian. Sacamos los bolsos a duras penas... pero descubrimos que no es el hotel sino una rotisería. ¡Ni siquiera un restaurante! (Y bueno, por la ventanilla empañada no veíamos bien, pero el chofer tendría que haberse dado cuenta).

Acomodamos los bolsos de nuevo... y se sale la goma que va en la ventanilla del lado izquierdo. ¡El auto se desarma en medio de la lluvia, y faltando minutos para la proyección!

Por suerte, el remisero se da cuenta de que el hotel está a dos cuadras y va... Pero da unas vueltas bárbaras hasta que por fin llegamos.


Hermitage

Llegamos al hotel a las 21 hs y minutos. Se trata del Hermitage... ¡Ojo, no es el Hermitage en el que están pensando! Pero este no está mal. Tiene todo lo indispensable, hasta televisión por cable y secador de pelo en el baño. Cuando los equipos de fútbol hacen pretemporada en Tandil, se hospedan acá.

Andamos hasta las manos, por decirlo de alguna manera. Vamos rápido a nuestras habitaciones. A mí me toca la 7, para mí solito. Hacía rato que no paraba yo solo en una habitación de hotel. No hay tiempo para ducharse (menos mal que lo hice el día anterior), así que dejo en la cama matrimonial la carpeta del festival que me dio la chica de recepción, me sacó la ropa sport negra y me pongo algo más elegante.

Espero a July y a Cristian en el hall. Falta menos de media hora para la proyección. El Centro Universitario queda a pocas cuadras, pero el clima sigue siendo de terror. Habrá que pedir un remis. Pasan los minutos. No, no estoy muy tranquilo que digamos.

En el barcito del hotel, la delegación de La Tigra, Chaco: los directores Federico Godfrid y Juan Sasiaín y el actor Ezequiel Tronconi. Nos conocíamos. Muy buena onda, los tres. Hasta me convidan con un mate. Aparece un muchacho alto y macanudo que resulta ser Juan Pablo Tesorire, quien participa en Tandil Cine con su documental Fútbol Violencia S. A. Tiene muchas ganas de ver Recortadas.

Miro el reloj del celular: las 21:43.

¡Puta madre!

Pablo pide un remis. Le preguntó si podríamos compartir el viaje con July y con Cristian. “Sí, todo bien”, dice.

El auto viene enseguida, pero faltan los culpables de Cabeza de pescado. Llegan tres minutos después. Nos subimos al vehículo. Por suerte no conduce el Hans Moleman.

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