viernes, 10 de septiembre de 2010

Crónicas de Tandil - SEGUNDA PARTE


Centro Cultural Universitario

Dicho de manera educada, llegamos cagando al Centro Cultural Universitario.

Nos bajamos en medio de la incesante llovizna. Hice bien en traer la camperota marrón. Saco unas fotos, miro el restaurante donde se pueden canjear los vales para comer (veo a Gustavo Garzón, miembro del jurado) y subo a la sala. Entro, pero una chica me dice que la función anterior no termino todavía. Y ya son las 22 hs.

Doy vueltas alrededor, bajo un rato, busco a Guillermina Salas, la chica de la organización con la que me comuniqué antes de viajar. Le encuentro en la puerta del restaurante. Muy buena onda. Aparece otra chica, que justo me estaba buscando por el tema de la proyección.

Entramos en la sala apenas se retira el público de la peli anterior. ¡Linda sala! Pablo me había dicho que era muy buena. Incontables butacas, una pantalla gigante... Genial.

Justamente cerca de la pantalla, al final del pasillo del lado izquierdo, una consola y micrófono. Un pibe y una chica del festival me explican bien el mecanismo de decir unas palabras antes de la función y después, ver si el público quiere hacer preguntas.

Le doy mi cámara de fotos al pibe y le digo que me saque fotos cuando esté hablando.

Entra gente: grupos de jóvenes, pero también personas de unos 50 años o más, Pablo. Cuando ya unos cuantos (y porque ya son como las 22:25 hs.), me acerco al micrófono, me presento como parte de la producción (¿?) de Recortadas.

En tanto, noto que el pibe se va hasta la otra punta de la sala para sacarme fotos. Como está en Flash, casi ni se ven después y tengo que hacer zoom y recortarlas. ¿Por qué todos se alejan tanto para fotografiar? Ya me pasó en la avant premiere de Depredadores.

Cierro diciendo: “Una historia a veces graciosa, a veces truculenta, pero siempre entretenida. Que la disfruten”.

Aplausos.

Se apagan las luces...


Proyección

Empieza la película.

Gusta.

Risas cuando aparecen Pablo Fabregas y Malena “la loca de mierda” Pichot y toda esa rutina de la estatua viviente. También cuando aparece por primera vez Alberto Ajaka (Diego en la película). Yo me río con la anécdota del Alf negro, sobre todo porque le pasó a una integrante de la película.

Cuando la cosa se pone más heavy, silencio. Desde mi ubicación, al fondo de la sala, no puedo ver sus rostros.

Cerca del final, tres personas se retiran de la sala. Dato interesante. Los tres son hombres de unos 60 años. ¡Como los millonarios de la película! ¿ocultarán secretos inconfesables, ellos también?

Viendo Recortadas por tercera vez, me pregunto lo siguiente: ¿Noelia “Chaco” Antúnez estará soltera? Genial su trabajo y el de Mariana Levy.

Termina. Vuelvo adelante, frente al micrófono. “¿Alguien tiene alguna pregunta?”.

Veo que quienes quedaron en la sala sonríen, pero no hablan.

Imito el ruido de un grillo, vuelvo a preguntar.

Nada.

Cerca de mí, la chica del festival me anima a contar yo cosas de la película.

Hablo de cómo se originó, de los años que ocuparon filmarla, de los festivales por los que pasó y por lo que pasará.

“Bueno, me despido porque ya es tarde y la directora de la peli que viene me está mirando mal”, digo en broma, mirando a July. Aplausos.

Y me retiro de la sala.

No estuvo mal, eh.

Ahora, a comer algo.

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