martes, 22 de abril de 2008

Recortados, a filmar (parte 2)

18:32.
La otra parte de equipo llega del aserradero. Vienen cansados, pero sonrientes. “No filmamos Lost porque no llegamos”, dice Caserta.
Dentro de casa, la tía Mirtha aparece con bizcochuelo, pasta frola y café. Genial, más teniendo en cuenta que ya es de noche y se pone frío.

Manu, Levy, Flora y Diego comparten anécdotas de las Águilas Argentinas.

Lo mismo De Caro, Maxi, Laura y Mauro.

19:15.
En un costado de la casa, los Dfs y los eléctricos preparan la puesta de luces para las próximas escenas. Marina, Florencia y Mauro chequean el esqueleto de acero que sirve como refugio de July y de Laly.
Miles de bochos alrededor de las luces.
La luna, muy roja.


Caserta, en dirección al esqueleto.


Preocupación: muy cerca de allí se celebra una fiesta infantil. Los gritos de los chicos jugando en el castillo inflable pueden tornarse muy molestos.
De Caro todavía no se inquieta, y hasta se despacha con una anécdota de Chaquinho: en un desfile realizado en su Chaco natal, nuestra Laly fue más aplaudida que la mismísima Pampita. Lo que se dice, profeta en su tierra.
Antes de filmar, la cena: empanadas de carne, preparadas por la tía.
“¿A quién hay que pegarle, tía”, le dice Chelo, abrazándola. “Dígalo, dígalo”.
“A nadie”, dice ella, riendo. “Sé defenderme sola”.
De nuevo en la casa, pinta contar remates de viejos chiste. La mayoría incluyen malas palabras. Curiosamente, el más sutil vino por parte de Fede: “Cómo te gusta la japi”. Sí, ese era el más suave.

Charla y empanadas.

Luego surge el tema de la “sequía intergrupo”, como lo llamó Levy. A muchos, sobre todo a De Caro, les preocupa que en la peli no se hayan formado parejas. Por eso pregunta a algunos si están interesados en alguna co-equiper.
La charla sigue un rato más, incluso después de que las actrices fueran para el trailer a ser maquilladas por Nancy. Fede es quien más se destaca gracias a sus ocurrencias. Igual, como era de esperar, nadie se hace cargo de nada.
Alguien dice: “Al final del rodaje, hagamos un body sushi” (¿?).

21:08.
En el set.
Se puso frío. Casi todos nos abrigamos un poco.
Se hacen ensayos de luces y de cámara con Flore y Kronenberg.


Ensayo.

Checha ya tiene la consola y el bum listos.
La humareda no se mueve, pero tiene su lado positivo: ayuda al clima siniestro que se quiere conseguir para las escenas.
Sigo sonándome la nariz y tosiendo.

Parece la luz mala, pero es un farol.

“Qué bueno sería tener una de aire comprimido”, dice Manu, mirándole castillo inflable de más allá. ¡Qué energía la de esos niños!
Chaco y Levy llegan caracterizadas. De Caro les da las últimas indicaciones.
Eugenia se va a negociar con los vecinos para que hagan callar a los nenes.
Por suerte, en las cinco tomas que se filman a continuación no se toma sonido directo. Pero el barullo no cesa.


Pese al frío, los Recortados, a pleno.

A los pocos minutos, los niños se hacen presente en el set. Permanecen caladitos. Los que siguen hablando son los padres.
De Caro invita a cada chico a decir “Silencio”, “Acción” y “Corte” en las próximas tomas. Cuando terminan, los aplaudimos.
“El payaso debe estar allá cagándose de hambre”, dice Checha. “Debe pensar que lo dejamos sin curro”.
Ahora toca filmar dentro del cacharro. De Caro planea cumplirle el suelo a Kronenberg: dejarle usar la cámara. A ella se le iluminan los ojos. Pero un chiste de alguien del grupo le cae mal y se va ofendida. El director va a explicarle que hablaba en serio. Se quedan hablando un rato largo, casi en la penumbra. De pronto se abrazan.
Solucionado el asunto, se filman planos de July y Laly entrando en el esqueleto metálico. Queda lista en cuatro tomas, la última filmada por Daniela. Ahora, planos dentro del tenebroso lugar.

Filmando dentro del cacharro.

Como algunos requieren diálogos, Checha coloca micrófonos corbateros a las actrices. Luego, no pudiendo con su genio, se pone a cantar como Sergio Dalma (¿Se llamaba así): “Bailar pegados es bailar / Igual que baila el mar...”. De caro no se quiere quedar atrás y termina entonando el tema que el grupo de cumbia santafesina Los Leales compuso para el Kun Agüero. ¡Y Sebastián hasta baila y todo! Las escasas condiciones de luz impidieron sacar una buena fotografía.
Mi risa es interrumpida por la tos.
Sufrimos por Chaco y por Levy, ya que sus personajes visten poca ropa y deben padecer las bajas temperaturas. Levy dice: “Puedo cortar vidrio con mis pezones” (¡!). Para colmo, la pobre y Fede se enteran de que Racíng le ganaba 3 a 0 a Lanús, pero el estupendo equipo granate se lo empató. Eso y enterarme que Boca le ganó 2-1 a Newell’s me puso muy contento.

23:26.
Tras filmar los planos no dialogados de las chicas, De Caro y Cía. pasan a los que sí incluyen conversaciones casi en susurros.
Filmarlos resulta casi una tortura: los micrófonos captan las voces provenientes del cumpleaños. Por un momento parecen que se quedan callados, pero otra vez gritos y risas y ruidos de motor. De repente la fiesta termina, los invitados se van y las tomas pueden finiquitarse. Sí se oyen vacas y chajás y ladridos, pero no molestan.

Después de medianoche.
En casa de los tíos, Laura, Caserta, Virginia, Kronenberg, Maxi y Martín, el motor homer, beben tés o cafés que prepara Manu. Caserta y Laura dicen que, cuando vieron algunas partes editadas de la peli, mi participación quedó muy buena. Laura dice que quien originalmente iba a interpretar al chatero freak quiso hacer quilombo.
Llegan Chaco y Levy, temblorosas. Aprovechan para descansar y tomar té y fumar y comer galletitas con forma de animalitos.
Temas de conversación: de Chongos a Dr. House, pasando por Mauro Vialey fiestas alocadas en casa de Soelí.
De regreso al set. Cual ekekos, Flora y Manu lleva bizcochitos, mate y café, que queda poco.


El humo y el frío no son nada para los Recortados.

En los planos que se filmarán, las chicas se dirigen hacia una misteriosa luz a lo lejos. En realidad, se trata de un farol demasiado potente. “Parece que viniera un tren”, comenta alguien. De Caro a las actrices: “Vamos, Mulholland Drive, la Estrella de la Salvación”.
Chaco y Levy tiemblan, pero dan una actuación fenomenal. Hay que admirarlas o admirarlas.
Algunos planos de cobertura y listo. Nos fuimos.
Es poco más de la 1:30.
Y no paro de toser ni de sonarme la nariz.
Se guardan los equipos, las chicas se cambian. Es su última jornada en los pagos de los tíos. “Nos vemos en el estreno”, le dice Levy a la tía Mirtha.
Falta una linterna roja, pero estamos cansados y nos vamos. Me toca ir con Kronenberg y Fede en el auto de Checha. Decido no escribir más y dormir en el viaje.
Hasta la próxima.

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