viernes, 22 de febrero de 2008

More good influence

Hace tiempo les presentamos algunas de las películas que influyeron en Recortadas. Hoy les traemos más exponentes de películas, directores y demases que, consciente y inconscientemente, tuvo en cuenta Sebastián De Caro a la hora de crear su nuevo opus.

Cuatro grandes directores de todo los tiempos se hacen presente en Recortadas.
El Hitchcock de Psicosis (Psycho, 1960), que, desde el día de su estreno, ilumina los géneros de suspenso y terror. Más allá del inolvidable asesinato en la ducha, las actuaciones, el guión, los encuadres, la ambientación y miles de detalles más que la volvieron una obra maestra, queda latente una pregunta: ¿hasta qué grado de locura puede llegar la mente de una persona?
En Una historia violenta (A story of violence, 2005), David Cronenberg también explora la capacidad de hacer el bien y el mal, aunque desde una óptica diferente. En Una historia..., Tom Stall (Viggo Mortensen) es un hombre común, casado y con hijos, residente en un pueblito de Indiana, hasta que unos matones tratan de complicarle la vida y él, sin pestañear, los despacha a los tiros. Ahí se descubrirá que Tom podría haber tenido una vida anterior, y no precisamente como jardinero.
Robert Aldrich también fue y sigue siendo muy influyente, sobre todo su obra maestra Bésame mortalmente (Kiss my deadly, 1955), un negrísimo y atípico policial en donde el sarcástico detective Mike Hammer se topaba con un caso que va de oscuro a pseudo lisérgico. Quentin Tarantino “tomó prestado” una de los aspectos más memorables del film para su Tiempos violentos (Pulp fiction, 1994). Tendrán que verla para saber de qué estoy hablando.
Y ya que estamos con Tarantino, De Caro es un confeso admirador de Death Proof (2007), película de Q. T. Perteneciente a Grindhouse, proyecto de films de doble función encarado junto a su amigote Robert Rodríguez. Death Proof nos muestra una road movie con asesino incluido, muy al estilo de los ’70.
Más directores influyentes.

David Lynch
En la obra de este peculiar director yanqui —en especial Terciopelo azul (Blue velvet, 1986) y Twin Peaks—, las cosas y las personas nunca son lo que parecen ser. Debajo del american way of life, debajo de todas esas caras sonrientes y de esos autos nuevos y limpios, yace un submundo menos agradable, más podrido, inesperado, brutal. En el film y en la serie arriba mencionados, el público acompaña a Kyle McLachlan en el descenso a los infiernos de una comunidad.

Alexandre Aja
Este joven director francés trajo de regreso el terror más crudo con su Alta tensión (Haute tension, 2003). En la película, dos muchachas se juntan a pasar un fin de semana en el campo, en casa de los padres de una de ellas. Lo que promete ser una estadía tranquila se deshace en ríos sangrientos cuando un extraño sujeto de overol comienza a masacrar a quien se le cruce.
En El despertar del Diablo (The hills have eyes, 2006), su exitosa remake de clásico de Wes Craven, Aja nos trae a otro grupo de personas en peligro, esta vez a causa de otra familia, integrada por caníbales deformes.
Así son las dos películas: primero todo va bien, hasta que comienza a empeorar, ¡y cómo!

¿De qué manera inciden estos directores y sus película en Recortadas? La respuesta, próximamente en la pantalla grande.

1 comentario:

Unknown dijo...

Y POR SUPUESTO, SEBA ES UN TIPO QUE LAS GRANDES COSAS LO INFLUENCIAN... ALTA PELI

QUE TIPOS DE OTRO PLANETA.. HACER ESA PELI EN ESOS AÑOS, CON LA TECNOLOGIA BARATA QUE HABIA EN ESOS AÑOS...

MUY GROSO EL EDITOR DE ESA PELI, PERO GROSO,GROSO.. EXISTIA EL AVID EN ESA EPOCA??? JAJAJA