viernes, 30 de mayo de 2008

Reportaje: Mauricio Goyenechea

Sector de La Mimosa en donde se filmaron escenas de Recortadas.

Siguiendo con la tradición familiar, Mauricio Goyenechea es dueño de La Mimosa, estancia cuyo origen se remonta a 1869 y en donde, además de la actividad rural, se realizan eventos y rodajes de películas (por ejemplo, el de parte de Recortadas). A pesar de que padece un serio problema físico, el Sr. Goyenechea se prestó muy amablemente a responder algunas preguntas.
Pero antes, los responsables de Recortadas queremos expresarle otra vez nuestro agradecimiento por habernos prestado la estancia para la última jornada de rodaje.

En la estancia se rodaron varias películas.
Se han filmado películas y cortos de carácter comercial. También co-producciones europeas. Algunas estuvieron poco tiempo, otras varios días. La Mimosa sólo fue parte del rodaje de las películas.

¿Cómo es ver a La Mimosa convertida en set de filmación?
Es gracioso, sí. A la gente de la zona le llama la atención, por los artistas, por todo el entourage que rodea a la filmación, por los maquillajes... A veces le hemos dado de comer al equipo (porque suelen traer ellos el catering). Y a veces algunos de nuestros gauchos intervienen en escenas, como extras. Llama mucho la atención.

¿Alguna anécdota que recuerde?
Anécdotas que valga la pena señalar, que se puedan decir... Una vez estaba este chico, Darín, en una película con Luppi y Norma Leandro. Estaban filmando en ciertas habitaciones, mientras que en otras no se podía pasar. En un momento yo entro en mi habitación y lo encuentro a Darín durmiendo la siesta. Le digo “¡Pero, cómo...!”. Y me dice: “Y bueno, jefe, estoy cansadísimo. Me perdonará”.

Fue durante el rodaje de El faro, ¿no?
Creo que sí. También hay otras anécdotas, pero más picarescas (risas).
Hay una película que es la que más días estuvieron. Se llama María Galante, que es la historia de una mujer que tenía un cabaret y después se casa con un estanciero importante y queda viuda y después se muere en la estancia. Y entonces pasa de todo en el entierro, vienen autoridades... Y previo a esto hay peleas, etc., etc. Peleas con gauchos, autos antiguos y golpes con rebenques. El día del entierro, los que no sabían que se estaba filmando, al ver las coronas y el gentío pensaron que me había muerto yo (risas).

¿Qué cree que ven los cineastas en La Mimosa que les hace querer filmar ahí?
No sé. No soy especialista en el tema. Una de las razones es la proximidad a la Capital. La segunda razón es que tiene una arboleda totalmente desarrollada, un carácter de casa antigua. También es porque no se cobra mucho, el arancel no es alto. Eso debe influir. Qué sé yo, nadie me dice cuál es el motivo. Debería saberlo.

¿Le gusta el cine?
Sí, me gusta. Pero no me gusta ni el cine psicológico, ni el cine tipo novela ni de amor. Me gusta fundamentalmente el cine épico, lo más aproximado a la realidad. Películas como Quo Vadis?, Espartaco, Waterloo, El último emperador, El día más largo del siglo, Ben Hur... Una cosa es verlas en el cine, en pantalla grande, y otra cosa por televisión. Ahí la película épica pierde mucho, a mi criterio.

Totalmente. ¿Qué opina del género de terror?
No me interesa mucho. Sí, me acuerdo de El fantasma de la ópera, de Narciso Ibáñez Menta, que en realidad se hizo para la televisión. A mi mujer le encantan esas cosas, pero a mí no me interesan. Sé que no es la verdad, pero bueno, sobre gustos no hay nada escrito.

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