martes, 6 de noviembre de 2007

Una jornada muy especial

Sábado 3 de noviembre. Locación: Burzaco.
La jornada de hoy es muy especial, ya que se filmarán escenas del final de la película. Contarles de qué tratan sería un crimen, por lo que sólo me limitaré a dar algunos detalles no muy reveladores de la historia.
El equipo llega a las 16 y minutos, y en seguida se pone manos a la obra. Desde De Caro (con remera de la película 300 y todo), hasta Daniela, la claquetista, todos son conscientes de la importancia y la complejidad de los planos a rodar.
Flor Molinari, la vestuarista, no pudo venir. Su reemplazo: Flora, la asistente de Laura, quien se pone a planchar camisas y pantalones de vestir.
En el patio de la casa, en medio de abundante vegetación, Gonzalo y novia, la pareja de Studio FX, preparan un falso piso de madera para un tiroteo, y parte de un torso de maniquí que simulará uno humano.


Llegan los actores: Mariana, Noelia y Javi Pedersoli. Les espera un arduo trabajo (para Javi, en más de un sentido). Nancy comienza a maquillarlos uno por uno.
Sebastián Fernández, el chico a cargo del site de la peli, llega bien acompañado de Nadia, una amiga suya armada con una Nikon envidiable. No pierde tiempo, la muchachita: enseguida saca varias fotos, en parte por las molestas indicaciones de un servidor.

18:56.
Siguen los preparativos. Arte y Foto no dan abasto. Aun no anochece. Apenas salga un poco de luz, se arrancará a filmar. Por lo menos, así lo desea en voz alta Javi Facciuto.
Van llegando los actores que interpretarán a los Millonarios. No, no encarnarán a jugadores o hinchas de River, sino a tipos poderosos con no pocos secretos.
En la habitación donde se encuentra el piano, Mariana lee un libro sobre los subversivos durante la dictadura. “Es para otro proyecto”, aclara.

19 y minutos.
Gonzalo y su chica preparan otro elemento fundamental para la escena: varias jeringas cargadas con sangre falsa.
¡Tiembla la producción! Dos de las escenas a filmarse horas más tarde requieren un violinista, pero nadie del equipo pudo conseguir uno. Al toque llegó la solución: Rolando, el más veterano de los Millonarios, sabe tocarlo. (un flor de personaje, Rolando; se viene un post dedicado solamente a él).




19: 45.
Se ruedo el primer plano del día, correspondiente a la Escena 64. Al respecto, sólo puedo contar que involucra a Pedersoli. De Caro controla todo por el monitor. Entre toma y toma, y por algún extraño motivo, Caserta, el productor ejecutivo, canta temas de Ricardo Montaner. En un costado, Diego Gabriel Fernández, el continuista, se muestra atento y anota todo (¡Viste que al final te nombré, Diego!).
Tras varias retomas, el plano queda hecho.
Se inician los preparativos para los planos siguientes. Nancy le retoca el maquillaje a los actores. Algunos aprovechan para ver los diarios de producción en una laptop cercana.
Llega Alejandro Zanga, el actor que le pone la piel a Pompeyo, uno de los personajes fundamentales de Recortadas. Curiosamente, por ser pelado y alto, al señor suele confundírselo con el actor y director under Pompeyo Audivert. He aquí una de sus jugosas anécdotas: “Una noche fui a ver a los Les Luthiers al teatro. Cuando terminó el show, fui al camarín a saludar a uno de ellos, porque habíamos trabajado juntos. Pero aparecieron los otros y me saludaron efusivamente, me llamaron ‘Maestro’...(forma una U invertida con la boca). Yo no entendía nada”.

20:51.
Vamos con la siguiente escena, en la misma habitación que hace un momento. Es una de las escenas más complejas de toda la película, ya que incluye una violación. Me limitaré a decir que el victimario es Javi Pedersoli (mejor dicho, Gonzalo, su personaje). Mientras simula fornicar a su víctima, grita “¡CALDO! ¡¡CALDOO!! ¡¡¡CAAALDOOO!!!” y la frase “¡POLLO HÚMEDO!”. ¿Por qué grita eso? “Porque suena perverso”, explica De Caro, sin inmutarse, frente al monitor.
Otros planos, igual de terroríficos, nos muestran la cara de sufrimiento de la víctima. Imágenes que bien podrían servir como póster de Recortadas.
Llegan los miembros restantes del equipo: Checha y sus valijas (no, no lo echaron de la casa, sino que trae micrófonos y consolas). Además, entran Mariano Espinosa, responsable del backstage, y Diego, quien editará la peli y hoy le toca interpretar a uno de los Millonarios.


Se retoma la filmación. Tras varias tomas, la actuación de Noelia no termina de convencer, por lo que De Caro pide que la mayoría se aparte del monitor. La toma por fin de liquida.
En el comedor, los Millonarios y la pareja de los FX ríen de los gritos y jadeos de Javi.

Más tarde, tipo 23:00.
Se rueda un plano en el que Noelia (o Laly) es llevada al límite. Entre una toma y otra, De Caro da indicaciones. Sabe que debe quedar lo mejor posible. “Hay menos raccord que en una de Godard, papi”, admite. ¿Eso será bueno o malo?
Llega la medianoche, y también el momento de cenar hamburguesas a la parrilla. Muy ricas. Todos comen más de una. Quien redacta estas líneas sólo come dos porque debe cuidarse.
Un rato después, al tiempo que se finiquitan planos de otra escena en la misma habitación, comienzan los preparativos para las escenas con los Millonarios, que transcurrirán en un salón junto a la puerta de entrada de la casa. Marina, la directora de arte, se encarga del asunto. Una auténtica cowgirl.
Pero los planos —que requieren apuñalamientos con jeringas— demoran bastante. Pasan los minutos, las horas... Hay un clima de cansancio y un creciente malhumor en el grupo. Antes de ubicarse frente al monitor, De Caro tira una copia del guión. “No te calentés”, le dice Mauro, el cámara.
Daniela se queda dormida en un sillón del Salón. Una ojerosa y exhausta Laurita anuncia que se irá a dormir media hora.

02:10.
¡Se terminaron de filmar las escenas!
Pese al cansancio, el equipo sigue adelante. Ahora sí, a preparar el Salón para las escenas de los Millonarios. Javi Facciuto debe hacer de uno de ellos, por lo que se viste de traje y se afeita. Queda igualito a Moby.
Caserta y Horacio, el Millonario Yoguista (¿?) cantan tangos y temas de Cacho Castaña y Nino Bravo: “NOELIA NOELIA NOELIA NOELIA NOELIAAA!”. Reviven la alegría y el entusiasmo del grupo. De Caro y otros hacen chistes con el apellido de Javi Facciuto: “¡Che, fumate un Facciuto!”, etc. Caserta y Mariano jugan a 100 % Lucha: el culpable del back levanta al productor, quien empieza a gritar: “¡Ya está, ya está!”.
Los millonarios se ubican en el salón. Nacho y Noelia Oliva terminan de colocar las luces.
A eso de las 03:30, un servidor debe partir con Sebastián Fernández y con Nadia, ya que los tres vamos para la zona Sur. Aunque no podré ver cómo quedan las escenas con los Millonarios, seguro que todo irá de maravilla.

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